sábado, 5 de septiembre de 2009

LA TELEVISIÓN, ¿MEDIO DE COMUNICACIÓN?

Cuando la tele llegó a nuestros hogares, todos se juntaban frente a ella para ver qué ocurría en el exterior. Esta es la premisa, conocer lo que pasa a nuestro alrededor. Luego llegaron las influencias y las corrientes de otros países, tras comprobar que por ahí fuera hacían las cosas de otra manera. Aparecieron programas de entretenimiento, que hicieron que a la tele se le llamara “la caja tonta”. En muchos aspectos, con razón, pero no se le puede conceder la responsabilidad a este electrodoméstico de nuestra propia ignorancia o mirada hacia otro lado. Cada cuál ve lo qué quiere y cuándo quiere. Y así, luego aparecen jóvenes, y no tan jóvenes, que lo único que desean es convertirse en famoso acudiendo a Gran Hermano, Fama, Supervivientes, Operación Triunfo, o cualquier otro reality show.
Muchos son los que dicen que la televisión muestra lo que quiere ver la gente, que cada uno es libre de darle al botón de cambiar de canal. Es verdad, pero no del todo cierto. Está claro que si un programa cualquiera no es seguido por un determinado número de espectadores, lo cancelan, y hemos sido testigos de numerosos proyectos que, tras una semana de emisión, fueron retirados de la programación. También está claro que así, ofreciendo lo que la gente quiere, lo que la sociedad quiere, se crean hábitos de pasividad, insensibilidad, insolidaridad, falta de pensamiento crítico y de observación objetiva de la realidad, ya que casi siempre, lo que muestran se mueve por intereses partidistas, todo está conectado. La televisión no es libre, lo que nos muestran no lo hacen desde un punto de vista objetivo en ningún momento. Es evidente y conocido por todo el mundo. Pero, de la misma manera en que se gastan ingentes cantidades de dinero en un espectáculo superficial, también se podrían crear otro tipo de programas dedicados a cultura, cine, fotografía, pintura, arquitectura, etcétera, más allá de unos pequeños reportajes de media hora de duración y emitidos a horas intempestivas. Por ejemplo, Cuatro repite hasta la saciedad reportajes que se vieron hace no mucho tiempo, Callejeros ya no da más de sí, nos ayuda a conocer nuestra sociedad y a ser conscientes de los problemas que hay por ahí, pero ya está, estará abocada a su retirada de la parrilla, me temo que en breve. Lo mismo ocurrirá con el famoso Último Superviviente, buen espacio, pero es otra víctima de las reposiciones. Este método sólo funciona con Los Simpson y con CSI. Y así, se dejan llevar por datos estadísticos, share, ratio, prime time, y otras muchas referencias de índole televisiva. Siguiendo con esta cadena, es vergonzoso que dediquen el 50%, o más, del tiempo de noticias a la sección de deportes. Dentro de esta sección hay 4 minutos dedicados a diferentes deportes, luego, 20 minutos de fútbol, con trampas para captar la atención del espectador, igual que en la época de Aquí hay tomate, del mismo estilo, anzuelos mal comentados, imágenes sacadas de contexto intencionalmente, bromas, piques inocentes entre presentadores, y demás comentarios juveniles. Vamos, que queda claro que se lo pasan en grande. No dudo de la talla valía de estos profesionales, pero en la radio ganan mucho más. Pues bien, señores, no todo es fútbol. Así nos va.
Y continuamos, como espectadores, sin ver un cambio de actitud, sin ver algo verdaderamente original. Una cadena emite un interminable y falso concurso de llamadas con una chica (casi siempre es así) animándonos a que marquemos, y va la cadena vecina y hace lo mismo, y luego la otra, y la otra. Y así, perdemos calidad en las emisiones. Hasta cortan para publicidad al mismo tiempo en prime time. Están preocupadas por lo que hace la otra en vez de por lo que enseñan en la pantalla y por los telespectadores. Otro ejemplo, Antena 3. No se le ocurre mejor estrategia para captar espectadores que cortar para publicidad al mismo tiempo las tres cadenas que tiene en TDT, de golpe, en medio de un diálogo. Así, nosotros podemos cambiar de canal. De otra forma, podríamos tener la opción de seguir con Neox o Nova, pero ya se sabe, piensan en datos, no en personas. Dinero.
Por otro lado, y por suerte, siempre están los “siempre mencionados en encuestas televisivas” Documentales de la 2. No me refiero solo a flora y fauna, sino también a esos espacios musicales, tecnológicos o científicos a altas horas de la madrugada. Son como un islote en medio de un océano de ignorancia. Pero La 1 puede hacerlo, tiene más canales. Una propuesta o una solución sería ésta, algún que otro canal temático no estaría mal, no todo son cuatro gallinas formadas en arco de medio punto alrededor de un presentador y soltando pestes del éste o aquélla de turno, durante cuatro horas y media. Pero, de la misma forma, hay gente que lo ve, y también tiene derecho.
En cuanto a Telecinco, es conocido su carácter sensacionalista y su intención de mantener al espectador en el asiento ante la muestra de desgracias y catástrofes. Es su política y su estilo.
Otro tema a parte sería el del inglés. Son algunos los años que nos llevan los países vecinos, salvo excepciones. Así, cerrando puertas al exterior y a la movilidad de la población. Páguense una academia, como hicimos otros, aquí cada uno se salva su barba.

Ya sabemos que España es un país diferente. A las televisiones le importa poco si son menores los que están viendo un determinado sketch que no es muy recomendable por su edad, la culpa la tendrán los padres. Hay legislación al tanto, ley de protección infantil, creo que la llaman, pero no la respetan, mientras no digan nada...

Pero bueno, siempre nos quedará un libro, o un buen disco, o un paseo, o una cerveza con los amigos, o Digital Plus.

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